Es pequeña, del tamaño de un guisante. Está ubicada en el centro del cerebro, a la altura del entrecejo, y es una glándula que libera la melatonina, la “hormona de la juventud eterna”, una hormona que funciona como antioxidante, tiene propiedades anticancerígenas y antienvejecimiento. Estamos hablando de la glándula pineal.
Los filósofos antiguos la llamaban la sede del alma. El filósofo francés René Descartes dedicó gran parte de su vida a investigar la glándula pineal, ya que según su concepción dualista, constituía el relato físico del alma.
Para los monjes tibetanos, la glándula pineal, o Tercer Ojo, está asociada con el sexto chakra, Ajna, llamado Ojo de la Sabiduría, símbolo de iluminación. Si tenemos este centro de energía bloqueado, somos incapaces de ver la verdad y la realidad tal cual es, por el contrario, si este chakra está activado, nuestros sentidos se abren al mundo exterior, a la vez que nos conecta con el mundo interior, teniendo una visión más profunda de la vida.
Nuestros ojos nos muestran el mundo en que vivimos. El tercer ojo, el ojo de la mente, es la visión interior que nos lleva a estados superiores, donde todos los misterios de la existencia pueden ser resueltos.
Para su apertura se recomienda una vida saludable y activa. Pero sobre todo, una vida de introspección interior y de sabiduría. A través de la hipnosis se adquiere la capacidad de conectar con nuestro Ser interior, lo cual, nos permite conocernos y actuar de manera más sabia.
Nuestro inconsciente nos habla y nos permite desarrollar estados aislados de consciencia. Llegando, incluso, a la percepción extrasensorial y a momentos de clarividencia.
Despierta a la vida y descubre un mundo infinito de posibilidades a tu alcance.